Reflexionan en la Casa Refugio Citlaltépetl en torno a la guerra sucia del Estado mexicano
SC/DDC/CP/1005-18 Ciudad de México, 5 de octubre de 2018
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Activistas, luchadores sociales e integrantes del Consejo Nacional de Huelga de 1968 participaron en la charla La guerra sucia del Estado mexicano y los presos políticos
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La violencia con la cual fue tratado la movilización del 68 generó el surgimiento de distintos movimientos armados, tanto en el medio urbano como en el rural, aseguró el ex guerrillero Roberto Sánchez
Activistas, luchadores sociales e integrantes del Consejo Nacional de Huelga de 1968 participaron el jueves 4 de octubre en la charla “La guerra sucia del Estado mexicano y los presos políticos”, realizada en la Casa Refugio Citlaltépetl, en la que hablaron acerca de la represión y violencia desatada por el gobierno contra las organizaciones ciudadanas.
Al presentar la plática, María Cortina Icaza, coordinadora interinstitucional de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX), dijo que la Casa Refugio Citlaltépetl, “ha volteado la mirada a los problemas más urgentes que tiene el país como la migración, los derechos humanos y la libertad de expresión”, por ello el tema abordado en esta sesión que forma parte de las actividades de Diálogo Público 68, iniciativa de la dependencia capitalina.
Aldo Sánchez, quien moderó la charla y es responsable del área de Difusión y Relaciones Públicas del Museo del Estanquillo, indicó que esta plática se organizó de manera conjunta entre este recinto y la Secretaría de Cultura capitalina “para conmemorar el movimiento estudiantil de 1968 y lo que hubo a su alrededor; la guerra sucia en México es un tema que no está en la historia oficial y que el partido en el poder se encargó de desaparecer”.
Adriana Corona, quien formó parte del Consejo Nacional de Huelga de 1968, relató que ésta comenzó “por la represión, muchos jóvenes entraron al movimiento rechazando la violencia de Estado”. Asimismo, recordó que de los puntos del pliego petitorio de esa lucha, uno de los más importantes era la libertad de los presos políticos.
“¿Quiénes eran los presos políticos? Además de los primeros jóvenes que habían sido apresados desde el principio del movimiento en julio, los presos políticos eran los ferrocarrileros, los maestros y los médicos, porque las movilizaciones sociales que antecedieron al 68 fueron reprimidos de manera muy fuerte y sus líderes fueron encarcelados en un país con un gobierno muy autoritario. En el 68 la represión y la violencia fueron subiendo de tono conforme pasaba el tiempo hasta llegar a la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco, la cual sigue siendo una herida abierta que cambió a la sociedad mexicana”, expresó.
Para Roberto Sánchez Ensch, miembro de la Liga Leninista Espartaco y fundador del grupo armado Lacandones, la violencia con la cual fue tratado el movimiento del 68 provocó mucho descontento entre la juventud, “de ahí que se hayan generado movimientos guerrilleros, tanto en el medio urbano como en el rural”.
Luego del 68, añadió, muchos jóvenes se empezaron a organizar con grupos de izquierda y se crearon células rebeldes en Guadalajara, Sinaloa y la Ciudad de México, principalmente. “Su objetivo era contestar al Estado, no se consideraba la toma del poder porque eso se veía muy lejano”, relató Roberto Sánchez, quien dijo también que “se hacían acciones importantes para obtener recursos y liberación de presos”.
En el medio rural, agregó, los grupos que surgieron fueron muy pronto aniquilados por el ejército y la policía. “La guerra rural encabezada por Lucio Cabañas y Genaro Vázquez fue una respuesta al Estado por las injusticias del ejército y los gobiernos locales, y fue ferozmente combatida por el gobierno. La violencia siempre ha venido por parte del Estado, los movimientos armados han sido siempre una respuesta de la sociedad”, aseguró el ex guerrillero.
Por su parte, Rubén Aréchiga, quien participó en el movimiento estudiantil, sostuvo que “la represión es más fuerte hoy que en 1968, eso se puede ver por ejemplo en el número de periodistas asesinados en los últimos años; también se asesina a líderes sociales y a activistas. De esta manera, se puede decir que las banderas del 68 siguen vigentes hoy: hay presos políticos por muchos lugares del país”.
Actualmente, añadió, “se da un proceso selectivo de matar a los escritores públicos que son los periodistas. Es fundamental decir que aquella época está superada en muchos sentidos, pero también hay asignaturas pendientes, como lo que se pedía en aquel momento, que tiene que ver con la violencia de Estado y basta con la muestra de Ayotzinapa”.
El periodista Jorge Meléndez, quien fue miembro del Partido Comunista Mexicano, expresó que “los periodistas sabemos de la guerra sucia existe desde siempre. Ahora, estamos en un sexenio que puede superar las 52 muertes de periodistas del gobierno de Felipe Calderón. El narcotráfico, por ejemplo, está en manos del ejército: los narcos no pueden hacer lo que hacen si no tienen la cobertura de los militares”.
En el periodismo honesto, agregó, “descubrimos cosas todo el tiempo y ahora las mujeres están a la vanguardia. Pero también se ha tenido una prensa infame, sesgada, comercializada, la cual ha manipulado la guerra sucia e incluso la historia reciente como los hechos de 1968. Sin embargo, parte del periodismo que se ha empezado a hacer en México se ha profundizado y está ligado a la gente de abajo, y quizá por eso tantos periodistas muertos”.
Para conocer todas las actividades, consulte la programación y actualizaciones en el micrositio: http://data.cultura.cdmx.gob.mx/dialogopublico68/
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