Exposición: Julia López Dueña de la luz

​Inauguración 12 de noviembre de 2016  12:00 hrs. 

Acercamiento a la pintura de Julia López.

Por Alfonso de Neuvillate.

La obra plástica de Julia López es una reinvención de la realidad, dentro del realismo expresionista en el que se expresa.

Además de la fuerte dosis de poesía, de material onírico, de manifestaciones del ensoñar con los que construye, eficazmente, toda una serie de imágenes surgidas de sus fantasías y de las formas evanescentes que conforman niños, niñas, mujeres tropicales, en fin, los territorios de la magia y del esplendor del pensamiento sutil.

La pintura de Julia López no es ni arte ingenuo ni arte naif y mucho menos primitivista, aunque participe, en ciertos aspectos, con muchas de las obras creadas por Bombois, por el primer Tamayo y María Izquierdo, con determinadas pinturas del gran Diego o que participe de rasgos afines, comunes a los de los retablistas populares, los artífices de los exvotos para proclamar algún milagro o acontecimiento sobrenatural.

No, las obras de Julia López son una madeja de sentimientos, de ideas desarrolladas con un muy buen oficio y técnica aprendida, lo que la hace diferente y única es su temática alrededor de la mujer costeña, 

llena de sensualidad y erotismo que subyugan por ser ecos de su lugar de nacimiento y origen.

Tampoco es una pintura anecdótica o folklorista y tampoco es una manifestación populista ni popular, al contrario, es una queja espiritual, una pintura de su interior, de su alma apasionada y deseosa de devenir arte dicho en tono menor y mayor con una escasez de elementos notables.

Y un colorido pródigo en iridiscencias, marinas y subterráneas.

Plantas exuberantes. Imágenes de mujeres sensuales, arquetípicas y prototípicas. 

La sensualidad avasalla. Cierto erotismo también. Es una pintura, un arte arrancado a las páginas nacionales, a los momentos olvidados de la sociedad.

Julia López con sus pinturas deja un documento muy valioso dentro del concierto, contexto del arte verdaderamente subjetivo, individualista y de elocuencia trigarante.

Rápsoda de la realidad real, cantante de los hechos cotidianos, Julia   

ha logrado el milagro del estilo personal: dulce, exento de violencia, dramático en su acepción correcta y con sus formas, sus estructuras vegetales, sus mujeres espléndidas y sus noches insomnes todavía busca, dentro de la definición, hallar la magia cotidiana, el esplendor de la noche de pegasos y la sinfonía de la vida y sus momentos singulares.

Esto y mucho más es el arte de Julia: hechicera del color, erina de las imágenes que divagan entre sí y de sus habitantes del paraíso de la imaginación.

Julia es una pintora de verdad. Una artista de a de veras. Una mujer extraordinaria.

Ella misma es una de sus pinturas…Veamos su exposición.