NO ESTAMOS PASADOS DE MODA, SOMOS UNA PASARELA DE ESTILOS EN MÉXICO

Publicado el 08 Noviembre 2024

SC/CPDC/AR1-24

Sus hilos unen trozos de tela, diseños que durante 100 años recorren diversas formas de vestir: materiales, zapatos, sombreros y bolsos que cambian cómo nos vemos frente a otros. En la exposición “Pasado de moda. Pasarela de estilos en México” del Museo del Estanquillo, la moda no está reservada para lo exclusivo, la vanguardia y la élite de la que gozan unos cuantos, sino que es un reflejo de la sociedad, una manifestación cultural de lo que somos y fuimos.

Así son las reflexiones del intelectual y cronista Carlos Monsiváis en fragmentos de sus libros Entrada libre. Crónicas de una sociedad que se organiza (1987); Escenas de pudor y liviandad (1988); Los rituales del caos (1995) y Los ídolos a nado. Una antología global (2007), entre otras publicaciones, que lo ponen de manifiesto. A través de ellos, zurce las historias, los momentos, los personajes que se encuentran a lo largo de la muestra.

El punto de partida es la ruptura del Porfiriato, cuando la moda era imitar los estilos europeos y, tras la Revolución Mexicana, surgió un nacionalismo e identidad propia, expresados en el trabajo de Ernesto García El Chango Cabral, caricaturista y diseñador de la portada de revistas, quien introducía en sus modelos rasgos indígenas y pieles morenas, mientras hacía lo propio en faldas con bordados y textiles tradicionales el diseñador de moda Ramón Valdiosera, creador del color más nacional: el rosa mexicano.

Este reconocimiento a los artistas pioneros de la moda mexicana continua con el diseñador Julio Chávez, encargado de elaborar indumentaria para las actrices del Cine de Oro y que puede apreciarse a través de una vitrina: el entallado vestido negro de lentejuelas y cola de sirena que caracterizaron la silueta de la estrella de cine María Victoria y otros más, exhibidos en fragmentos de películas de la época cuando las actrices bailaban mambo y chachachá en los cabarets.

Dibujos de artistas e ilustradores complementan la muestra, como “Changuita” de Andrés Audiffred; una serie del cineasta, pintor y caricaturista Alberto Isaac con su sátira al “impedimento” de usar faldas; trazos en tinta de Miguel Covarrubias y libros con el método de dibujo de Adolfo Best Maugard que se enseñaba en las escuelas primarias, además, de portadas de revistas y fotografías de los célebres Héctor García y Bob Schalkwijk.

Una esquina en el recinto revela cómo fue que el Centro Histórico se volvió tradicional para los negocios de ropa, y con un croquis, detalla la ubicación de aquellos que comenzaron a ofrecer ropa exclusiva para mujer, como vestidos de novia y para fiestas elegantes, y paulatinamente, comercializar todo tipo de prendas accesible a todas las clases, e incluso, permitirse encargar trajes a la medida con un sastre.

En el segundo piso se encuentra una pared completa que exhibe decenas de anuncios publicitarios ampliados de periódicos y revistas de entre 40 y 80 años de antigüedad, las cuales muestran el estilo particular de ofertar sombreros, vestidos y pieles finas para dama, camisas, zapatos, lentes, hilos y estambres y más, algunas de las marcas que aún sobreviven y han cambiado, y las tiendas que las comercializaban. Nostalgia pura para quienes los conocieron cuando niños.

“Me está regresando a mi niñez, ver tantos anuncios de mi época cuando mis padres me traían al Centro y compraban sus hilos, los zapatos, la ropa. Mucho de los productos que vemos aquí los compramos, lo usamos y son recuerdos inolvidables”, recordó René Acosta, de 63 años, quien acudió desde Xochimilco acompañado por su esposa y unas amigas.

Testigos de un tiempo pasado, una galería de fotografías se perfila en los últimos pasillos del recorrido. Vistazos de una considerada elegancia en la vestimenta con retratos burgueses de finales del siglo XIX en color sepia; otro grupo, con escenas en blanco y negro de las estrellas en las icónicas películas de María Félix, Dolores del Río, Pedro Infante, Emilio El Indio Fernández, Jorge Negrete y Agustín Lara el Flaco de Oro y Cantinflas, siendo referentes en la moda y, como remate, imágenes de la rebeldía y transgresión del punk con ropa rasgada y grandes picos con el cabello.

“Fue sorpresa que al venir aquí me haya encontrado la exposición sobre la moda, no me lo esperaba. Me ha gustado mucho ver cómo ha pasado el tiempo y ha cambiado la moda, me sorprende más cómo ha cambiado en mujeres, antes era poco visto las prendas cortas y que se mostrara la piel de las mujeres. Mujeres famosas como María Félix es una personificación de la moda femenina”, compartió Alan Jonathan, de 27 años.

Y el glamour no termina ahí, ya que atrapan la mirada los destellos de colores, transparencias y atrevidos cortes en los vestidos de las vedettes, como Lyn May, Rossy Mendoza y Emily Cranz que las lanzaron a la fama en el cine y la televisión en la década de los 70 y 80. Vestidos, fotografías, dibujos, portadas de revista, accesorios, muebles para grandes televisores, en total, unas 500 piezas integran la muestra.

Al final, los visitantes podrán mostrar su moda e imponer la próxima tendencia... al menos, con sus habilidades y creatividad con pedazos de papel china de colores, dobleces y pegamento para diseñar vestidos, faldas o cualquier prenda sobre unos maniquíes de papel o, si lo prefieren, elaborar abanicos de origami dentro del taller de Servicios Educativos en el tercer piso del recinto museístico.

El Museo del Estanquillo Colecciones de Carlos Monsiváis se puede visitar en Isabel La Católica 26 casi esquina Madero, Centro Histórico, y abre sus puertas de manera gratuita de miércoles a lunes, de 10 a 18 horas. Quienes acudan a la muestra descubrirán su lugar en esta Pasarela de estilos en México o si su estilo está Pasado de moda, tienen hasta enero 2025 para saberlo.

Enviado por: Daniel Pérez

Para descubrir más sobre esta importante exposición, puedes consultar el siguiente video: https://www.instagram.com/reel/DCIDWq7Srjh/?igsh=MTJmM2lyYnFlYzVmbg==

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