Cada asesinada debe ser un duelo nacional: Carmen Boullosa
SC/DDC/CP/1103-17 Ciudad de México, 21 de diciembre de 2017
• Los escritores y periodistas Carmen Boullosa, Juan Villoro, María Teresa Priego y Lucía Melp se reunieron en la Casa Refugio Citlaltépetl para rendir homenaje a la maestra Patricia Mora Herrera, ejecutada el pasado 10 de noviembre en Puebla
• Acompañados de su hermano Jacobo Mora Herrera, los ponentes exigieron el esclarecimiento de su muerte, la implementación de protocolos especiales de investigación para feminicidios, así como un alto a la impunidad y corrupción que los propician
¡Ni una más! Fue la consigna que reunió en la Casa Refugio Citlaltépetl a los escritores Carmen Boullosa y Juan Villoro, así como a las periodistas María Teresa Priego y Lucía Melp, en el acto Voces en homenaje a Patricia Mora Herrera, en compañía de Jacobo Mora Herrera, hermano de la maestra del estado de Puebla asesinada el pasado 10 de noviembre, cuyo caso no ha sido esclarecido.
Ante familiares, vecinos y la directora del espacio a cargo de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Daniela Flores, la también poeta Carmen Boullosa dedicó a la maestra de matemáticas de nivel bachillerato y a sus alumnos su poema “Ya no le echen tierra”, de su libro La patria insomne, y enunció su apoyo a la familia durante este duelo.
“Cada muerta, cada muerto y cada asesinada tiene que ser un duelo nacional, un duelo personificado. Como decía quien inventó la frase (Susana Chávez, poeta asesinada de Ciudad Juárez): ¡Ni una más! Nuestro corazón está con la familia de Patricia Mora Herrera”, expresó Boullosa.
Para Juan Villoro, los feminicidios en México han llegado a altos costos de violencia que han perdurado sin que la sociedad colapse, por lo que recordó el término de “indiferencia militante”, acuñado por la escritora tamaulipeca Cristina Rivera Garza, para denunciar la falta de un mayor involucramiento por parte de la sociedad para exigir la detención de los responsables.
En un ambiente de luto, pero de cohesión social, informó que de acuerdo con cifras de Impunidad Cero, proyecto de denuncia de la sociedad civil, de 2004 a 2016 fueron asesinadas en México —en promedio— 686 mujeres al año, 57 al mes y dos al día.
“Muchas de las mujeres son asesinadas por personas cercanas a ellas y, en ocasiones, por sus propias parejas. De los 9 mil 581 asesinatos de mujeres, solamente poco más de mil 800 son tipificados como feminicidios, y esa es una de las cuestiones que ha reclamado con todo sentido Jacobo Mora Herrera, que en el crimen de su hermana no se aplicaron los protocolos para que su asesinato pueda ser considerado un feminicidio”, señaló.
Villoro relató ante los presentes el proceso que Jacobo llevó durante la autopsia de su hermana y las fallas en el procedimiento, así como algunos otros casos de violencia como las fosas comunes halladas en Tetelcingo, donde se encontraron alrededor de 200 cuerpos enterrados de manera clandestina y leyó el poema “Destino”, de la escritora mexicana Rosario Castellanos.
“Ésta es la obligación que tenemos todos nosotros, este llamado de ¡Ni una más!, debe ser para que todos hagamos algo, para que sintamos que Patricia también es nuestra hermana y que formamos parte de una comunidad en donde nos lastima a todos que esto esté ocurriendo”, afirmó.
Y agregó que “no es un caso aislado ni es un caso de las mujeres, es un caso de una sociedad que está en una situación intolerable”.
Jacobo Mora Herrera, quien agradeció la participación de los presentes, exigió a la Fiscalía General del Estado de Puebla el acceso a la carpeta de averiguación del asesinato de su hermana; la expedición de medidas cautelares para la protección de todos los familiares y negó el supuesto acompañamiento psicológico y legal que ha enunciado esta instancia para con su familia.
Asimismo, resaltó su preocupación por el mal manejo de la carpeta de averiguaciones y la falta de apego en ella a los protocolos nacionales e internacionales de derechos humanos. “Cabos sueltos significarían que esos hombres vuelvan a cometer otro crimen en contra de otra mujer y eso no lo podemos permitir, la memoria de mi hermana está conmigo”, comentó.
Finalmente, exigió a la Secretaría de Educación Pública del Estado de Puebla el respeto a los diez años de labor como maestra de su hermana —quien fue asesinada la noche del viernes 10 de noviembre al regresar de un curso de la SEP—, para asegurar la pensión total para sus dos hijos, un joven de 24 años y una menor de 16 años de edad.
Las voces de las periodistas María Teresa Priego y Lucía Melp se sumaron para recordar a su colega Sergio González Rodríguez, periodista mexicano reconocido por sus investigaciones sobre los feminicidios en Ciudad Juárez y autor de libros como The Femicide Machine (2012) y Huesos en el desierto (2002).
De su obra, Lucía Melgar resaltó la red de corrupción e impunidad que para el autor sostiene toda violencia contra las mujeres, la cual se ha incrementado en la última década: “Sergio da una explicación que es muy dura pero cierta, él habla de una máquina feminicida hecha de vínculos de corrupción entre altos y medios funcionarios, policías, narcotraficantes, grupos de poder y ciudadanos, que permiten, toleran, promueven o son los autores intelectuales o directos de estos feminicidios”.
Destacó que la impunidad manda a todos un mensaje de que la muerte violenta de una persona no importa, por lo que exhortó a la sociedad a no cerrar los ojos ante la incapacidad e indiferencia de las autoridades, la falta de recursos y de capacitación para investigar, pero sobre todo ante la culpabilidad de las mujeres por sus propios asesinatos.
En este sentido, María Teresa Priego enfatizó que es necesario que la sociedad deje de criminalizar a las víctimas, como ha pasado en casos recientes a través de frases como: “No la cuidaron sus papás o ¿qué hacía a esas horas en la calle?”, que lo único que propician es la repetición de estos delitos, por lo que señaló la necesidad de generar un sismo social que se vuelque a las calles para sacudir de la tierra toda violencia e impunidad.
Patricia Mora Herrera estudió Ingeniería Industrial, cursó una maestría en Educación e impartía la clase de matemáticas a nivel bachillerato en el municipio de Tuzamapan de Galeana, en Puebla. La noche del pasado viernes 10 de noviembre fue asesinada en Zacapoaxtla, luego de regresar de un curso impartido por la SEP, fue hallada cerca de la carretera Zaragoza-Zacapoaxtla, lo cual la convirtió en la víctima del feminicidio número 90 en lo que va del año en Puebla. La Fiscalía General del Estado no ha informado ningún dictamen a sus familiares que permita saber la razón de su muerte.
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