Develan escultura de Gilberto Bosques en Casa Refugio Citlaltépetl

Publicado el 20 Abril 2018

SC/DDC/CP/0337-18 Ciudad de México, 20 de abril de 2018

• Desde la noche del jueves 19 de abril, la figura del diplomático mexicano que salvó la vida de perseguidos por el fascismo, recibe a los visitantes a este recinto de la Secretaría de Cultura de la CDMX

• La escultura fue develada por Laura Bosques, hija del diplomático mexicano; también se inauguró la exposición temporal Solidaridad en tiempos difíciles: No fui yo, fue México

La noche del jueves 19 de abril fue develada la escultura de Gilberto Bosques Saldívar, diplomático mexicano que salvó la vida de miles de perseguidos por el fascismo. De esta manera, el espíritu solidario del también conocido como Schindler mexicano se enlaza con la esencia igualmente fraterna de este recinto capitalino y recibe con un abrazo a los visitantes a la Casa Refugio Citlaltépetl.

En el jardín del inmueble, la figura de bronce recuerda uno de los momentos más luminosos de la diplomacia mexicana: la labor de Bosques, quien como cónsul de México en Francia de 1939 a 1944, logró (mediante la firma de visas para viajar a nuestro país y el establecimiento de campamentos de refugiados) salvar la vida de miles de personas.

La escultura, obra del artista Alfredo López Casanova, fue develada por la hija del diplomático mexicano Laura Bosques, así como por María Luisa Capella, coordinadora del Centro de Estudios de Migraciones y Exilios, quienes estuvieron acompañadas por funcionarios de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México y del gobierno capitalino, además de integrantes de las embajadas de Alemania y España en México.

“Han pasado más de 79 años desde el día en que atracaba en muelles de Veracruz el barco Sinaia, inaugurando los viajes oceánicos del éxodo memorable. Una emoción expansiva henchía los ámbitos del puerto jarocho y convéngase que la emoción histórica es parte de la vida actual”, expresó emocionada Laura Bosques en el acto previo a la develación de la escultura de su padre.

Por su parte, María Luisa Capella, quien es curadora de la exposición temporal Solidaridad en tiempos difíciles: No fui yo, fue México, que también se inauguró la noche del jueves en la Casa Refugio Citlaltépetl, destacó que Gilberto Bosques fue un mexicano excepcional, cuya vida era regida por valores como la honestidad, la solidaridad, el amor a la justicia y el culto a la dignidad y al trabajo.

“Estos mismos valores valían para la mayoría de los políticos mexicanos de la época de Gilberto Bosques, como por ejemplo Isidro Fabela, Luis I. Rodríguez, Narciso Bassols o Fernando Gamboa, y al frente de todos ellos el mejor estadista que ha tenido nuestro país: don Lázaro Cárdenas del Río”, señaló la también directora del Centro de Estudios de Migraciones y Exilios (CEME).

La escultura “Gilberto Bosques”, ubicada en el recinto de la colonia Condesa, está hecha de bronce a la cera perdida y pátina café y tiene dos bancas de concreto contiguas para el reposo de la gente. Su instalación en este espacio fue resultado de la colaboración del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México y el CEME, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, con la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

Conocido como el Schindler mexicano, Gilberto Bosques Saldívar fue nombrado por el presidente Lázaro Cárdenas Cónsul de México en territorio francés durante la Segunda Guerra Mundial, con la encomienda de ayudar a los connacionales que se encontraban en medio del conflicto, pero también a republicanos españoles que huían del franquismo, y judíos y personas amenazadas por la intervención de la Alemania nazi en aquel país.

Solidaridad en tiempos difíciles

La muestra Solidaridad en tiempos difíciles: No fui yo, fue México reúne 54 fotografías tomadas por los propios exiliados españoles durante su estadía en los dos campamentos de refugiados que el diplomático estableció a las orillas de Marsella, ciudad portuaria del sur de Francia, y que posteriormente obsequiarían a Bosques en agradecimiento por su labor.

También se incluyen pasaportes de refugiados y libros dedicados por algunos de ellos a Gilberto Bosques.

Se trata de “un merecido homenaje al político mexicano”, que tiene como objetivo dar a conocer su vida y su legado, pues hace no mucho tiempo la mayoría de los mexicanos desconocían “esa pequeña joya instalada en los oscuros rincones de nuestra historia”, compartió en entrevista la curadora, María Luisa Capella.

La Coordinadora del Centro de Estudios de Migraciones y Exilios, institución que organiza la muestra junto con el Ateneo Español de México, informó que el material pertenece a Laura Bosques, hija de Gilberto Bosques, “quien ha sabido resguardar la obra de su padre en muchos sentidos, como maestro, diplomático, embajador y una persona íntegra”.

“No conozco yo muchos episodios de tal respeto a la dignidad humana como la que tuvo Gilberto Bosques con los republicanos amantes de la libertad que huían de los campos de concentración”, manifestó.

Capella explicó que el nombre de la exposición Solidaridad en tiempos difíciles también busca reconocer al cuerpo de diplomáticos mexicanos que se trasladó con Bosques a los castillos de Reynarde y de Montgrand, habilitados por el cónsul Bosques en Marsella, para ayudar al buen funcionamiento de los campamentos.

El título se complementa con la frase “No fui yo, fue México”, que solía decir el embajador cuando se hacía referencia a su gesta heroica, pues más que un héroe, él se consideraba una herramienta de la política exterior del país.

En las fotos, el espectador puede atestiguar las condiciones de vida que llevaban las personas amenazadas en los refugios instalados por el gobierno mexicano, pero también la organización que hubo para mejorar los servicios, ya sea arreglando los espacios, cultivando los alimentos o impartiendo clases a los niños.

“De estar en campos de concentración, con gente enferma, agua sucia, condiciones insalubres y una mortalidad sobre todo infantil, los republicanos españoles encontraron un espacio digno donde comer, asearse e incluso educarse y recrearse. En las fotos ves a los niños nadando en una piscina hecha por los refugiados y a mujeres con una sonrisa tendiendo la ropa”, ejemplificó la curadora.

“Que la muestra suceda en Casa Refugio Citlaltépetl me parece un acierto, porque la ciudad no debe olvidar que es hospitalaria, sobre todo hoy en día con nuestras migraciones y las de los países centroamericanos”, opinó la hija de exiliados españoles, nacida en territorio mexicano.

“Desearía que en la actualidad permaneciera esa capacidad de las naciones de aceptar y acoger a los migrantes como lo hicieron con mis padres, como huéspedes y no como ilegales o delincuentes”, concluyó.

Gilberto Bosques Saldívar nació el 20 de julio de 1892 en Chiautla de Tapia, municipio del estado de Puebla, y falleció el 4 de julio de 1995 en la Ciudad de México, a los 102 años. Fue testigo de la Revolución Mexicana y posteriormente incursionó en la política como diputado y presidente del Congreso de la Unión.

Como cónsul general en Francia, se instaló en París, Bayona y Marsella, donde tras romperse las relaciones entre México y el Gobierno de Vichy (como se conoce al régimen político instaurado por el mariscal Henri Philippe Pétain, con la ocupación nazi en territorio francés), en 1942fue apresado por los alemanes junto con su esposa, tres hijos y otros diplomáticos.

Después de poco más de un año, en 1943, los mexicanos fueron canjeados por prisioneros alemanes mediante gestión realizada por el presidente Manuel Ávila Camacho. Bosques regresó a México en abril de 1944. Posteriormente sería Ministro Extraordinario y Plenipotenciario en Portugal (1945-1949), en Suecia y Finlandia (1949-1953) y de 1953 a 1964 fue Embajador en Cuba.

La cartelera de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México está disponible en http://www.cultura.cdmx.gob.mx/ y en el sitio http://www.cartelera.cdmx.gob.mx; en redes sociales (Twitter y Facebook) @CulturaCDMX.

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