Comparte Secretario de Cultura local experiencias que han enriquecido la política cultural de la CDMX

Publicado el 07 Diciembre 2017
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SC/DDC/CP/1070-17 Ciudad de México, 7 de diciembre de 2017

  • El titular de la SCCDMX, Eduardo Vázquez Martín, participó en el II Coloquio Patrimonio Cultural: Antropología, Historia y Legislación, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia

  • Destacó que en 20 años de gobiernos democráticos se impulsaron propuestas como la FIL Zócalo, pero lo más importante es el catálogo de derechos culturales plasmado en la Constitución de la Ciudad de México

El Secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, compartió las experiencias que han enriquecido la política cultural local, ligada a 20 años de gobiernos democráticos, al intervenir en el II Coloquio Patrimonio Cultural: Antropología, Historia y Legislación, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de la Dirección de Estudios Históricos y la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural.

Moderada por Mari Carmen Castro, durante la mesa “Las políticas públicas en materia de cultura” —en la que estuvieron el coordinador del coloquio, Bolfy Cottom, y los especialistas Sergio Raúl Arroyo y Tomás Egea—, recordó que el primer gobierno democrático abrió en 1997 la expectativa de generar programas, aunque la propuesta original de “Revolución Cultural” fue motivo de discusión.

“Este programa planteaba temas como la reconstrucción del muralismo en México o el combate a los intelectuales orgánicos. En ese momento generó un cuestionamiento de la izquierda y participó mucha gente, como Carlos Monsiváis, Juan Villoro, Fabrizio Mejía Madrid”, explicó Vázquez Martín en el auditorio de la Escuela Nacional de Restauración y Museografía.

Frente a esa discusión pública, mencionó que el entonces primer Jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas, decidió cambiar la propuesta por una visión inclusiva, invitando al poeta Alejandro Aura a encabezar un proyecto cultural, por lo que asumió en 1998 la dirección del entonces Instituto de Cultura.

Con Aura, expresó, se sentaron los pilares de una política cultural que tuvo como fundamento la recuperación del espacio público, “en el sentido de hacer de la calle un lugar de convivencia, donde la diversidad cultural de la ciudad pudiera expresarse, para devolverle el espacio público a un grupo estigmatizado, que eran los jóvenes, pero también a los adultos mayores, a las mujeres, a los indígenas, etcétera”.

Gracias a eso —continuó— “se gestaron propuestas como la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, la Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios de la Ciudad de México y el Teatro en Plazas Públicas, que han tenido aceptación y se han convertido en parte de la vida pública de la CDMX”.

Para descentralizar los recursos culturales y atender a las comunidades, comentó que se crearon la Red de Fábricas de Artes y Oficios (Faros) y los Libro Clubes. “Son proyectos culturales de gran calidad, con una infraestructura, con maestros valiosos en Iztapalapa, en Tláhuac, en Aragón, en Indios Verdes”, relató.

Aunado a esto, destacó que el logro más importante es la consolidación de un catálogo de derechos culturales en la Constitución de la Ciudad de México, que contiene el espíritu de la Declaración de Friburgo, pero también de la Agenda 21 de la Cultura-CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos) y que ayudó a construir el antropólogo Bolfy Cottom.

Durante su intervención, Bolfy Cottom, Sergio Raúl Arroyo y Tomás Egea comentaron que a nivel federal el problema central de las políticas culturales es que no convergen con programas de desarrollo y tienden a la homogenización; sin embargo, resaltaron la labor que han emprendido entidades como la Ciudad de México.

“Es interesante analizar experiencias como es el caso de la Ciudad de México, de Morelos, de Baja California, porque hay contrastes en la manera de construir la política pública. ¿Qué explica eso?, los factores reales de poder; es decir, de quien en ese momento tiene claridad de cómo actuar”, planteó Bolfy Cottom, el profesor investigador del INAH.

Por su parte, el sociólogo e historiador en arte Tomás Egea expuso que para hacer políticas culturales se necesita de un diagnóstico crítico, de planes de Estado de largo alcance que trasciendan a los gobiernos en turno, con el propósito de que se les dé continuidad y se permita mantener las líneas de acción propuestas.

Para Sergio Raúl Arroyo, doctor en Arte y Antropología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, el mayor reto de las políticas culturales está en lograr articular el desarrollo social, económico y cultural.

La mesa “Las políticas públicas en materia de cultura” fue la tercera de cuatro ponencias del II Coloquio Patrimonio Cultural: Antropología, Historia y Legislación: “Archivos, patrimonio histórico, políticas públicas y formación profesional en temas de cultura y patrimonio cultural”, que se llevó a cabo del 4 al 7 de diciembre y estuvo dirigido a investigadores y estudiantes.

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