Estreno de Time festejará 30 años del programa de Orquestas Juveniles y Coros de la Ciudad de México

Publicado el 18 Junio 2019
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Con el estreno mundial de Time, de Víctor Mimbrero, el programa de Orquestas Juveniles y Coros de la Ciudad de México celebrará en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli (CCOY) su 30 aniversario el miércoles 19 de junio, que reunirá a dos directores artísticos cercanos al proyecto, Héctor Infanzón y Juan Ramón Corona Espinosa, así como al fundador Fernando Lozano Rodríguez y al coordinador Ariel Hinojosa Salicrup.

A las 20:00 horas se realizará el concierto conmemorativo gratuito a cargo de alumnos destacados del programa que integran la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Ciudad de México “Armando Zayas” y el Coro “Gabriel Saldívar”, quienes en su repertorio también interpretarán la Suite Rumbera y la obertura FICA, de Héctor Infanzón; Danzas polovtsianas, de la ópera El Príncipe Igor, de Alexander Borodin, y selecciones de Carmina Burana, de Carl Orff.

El músico Ariel Hinojosa Salicrup, coordinador del programa por más de 15 años, será quien dirija la pieza de estreno. “Quise incluir una obra nueva, Time, que nos regaló desinteresadamente Víctor Mimbrero, compositor español que trabaja haciendo música para películas y series de televisión. Está basada en el concepto del tiempo, cómo lo vive y utiliza el ser humano”, explicó en entrevista.

Lo interesante para Hinojosa Salicrup, Medalla al Mérito en Artes 2018 en la categoría Música que otorga el Congreso de la Ciudad de México, será escuchar la manera como la suite sinfónica refleja cuatro estados diferentes de percepción del tiempo: “Tiempo en la ciudad”, “Tiempo en casa”, “Tiempo de trabajo” y “Tiempo de descanso”.

Logros del programa

Creadas en 1989, las Orquestas Juveniles y Coros surgieron como una alternativa para acercar de manera práctica la disciplina musical a nuevas generaciones y contribuir al desarrollo social de sus comunidades, que ha logrado tener presencia en 13 alcaldías.

Para Ariel Hinojosa, quien ha dado continuidad al proyecto, cualquier joven puede ser protagonista en la música, pues ésta es más que un material de consumo. Muestra de ello, indicó, es el programa que ha contribuido a balancear el perfil de ingreso de los estudiantes de las escuelas de música profesionales y de los músicos de las orquestas de alto nivel.

“Muchos alumnos que empezaron en el programa están estudiando carreras vinculadas a la música porque tuvieron una oportunidad de acercamiento. También están tocando profesionalmente, lo cual es una muy buena noticia en un país donde todavía tenemos que importar muchos músicos extranjeros, que son excelentes y son bienvenidos, pero esto ha ayudado a que cambie la proporción de músicos mexicanos en nuestras orquestas”, dijo.

Un ejemplo que recuerda con cariño Ariel Hinojosa es el de Mariana Andrade, quien de pequeña llegó a la Orquesta Sinfónica Juvenil Miguel Hidalgo para estudiar violín y avanzó rápidamente hasta ser concertino de la agrupación. Posteriormente, se inscribió en la Escuela de Música Vida y Movimiento del CCOY para cursar la carrera y después de una exitosa audición se integró a la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México.

“Ha vuelto a dar clases al programa para regresar a las orquestas juveniles lo que le han dado, para mí es un ciclo completo que se cumple como con otros directores artísticos nuestros que también empezaron tocando en las mismas”, expresó.

Con 11 coros, 13 orquestas y más de 900 alumnos distribuidos en la capital, la parte más satisfactoria, comentó el coordinador, es que, aunque las personas no se dediquen profesionalmente a la música, cambien su percepción del mundo al incluir la experiencia de forma integral en su vida.

El beneficio para la población en general es “que no tenga que cruzar la ciudad para escuchar un concierto, tampoco tiene que ser la orquesta más importante del país, sino sentirnos orgullosos de que sean nuestros familiares, amigos o conocidos los que toquen”, añadió.

Sistema de trabajo

Acerca del sistema de trabajo del Programa de Orquestas Juveniles y Coros de la Ciudad, Ariel Hinojosa aseguró que se mantiene libre y con un entusiasmo genuino de maestros, directores y alumnos. “Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que en ese sentido el dinero no suena, aquí el único interés de todos es el de hacer música”.

Explicó que las inscripciones están abiertas permanentemente y las orquestas se organizan por alcaldía en nivel básico, medio y avanzado. “Para pasar de un nivel a otro no hay que hacer examen ni cumplir un tiempo específico, sino dominar cierto repertorio. A lo mejor a un chico le toma un año y a otro tres, pero lo importante es desarrollar esa capacidad”, comentó.

En cuanto a la conformación de la Filarmónica Juvenil “Armando Zayas” y del Coro “Gabriel Saldívar” dijo que hacen audiciones cada seis meses para que los alumnos puedan entrar o permanecer, y se ensaya todos los sábados desde las nueve de la mañana hasta las dos de la tarde.

A tres décadas de experimentar por cuenta propia el cambio positivo que tiene el arte en el ser humano, Ariel Hinojosa —quien comenzó como bibliotecario y fue director de la orquesta Venustiano Carranza hasta llegar a ser pilar del programa— es consciente de que “en una ciudad con más de 20 millones de habitantes, 13 orquestas son un granito de arena. Tendríamos que crecer, hacer más orquestas, contar con más alumnos y más maestros”.

El concierto sinfónico del 30 aniversario del Programa de Orquestas Juveniles y Coros de la Ciudad de México se realizará el jueves 19 de junio a las 20:00 horas, en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, ubicado en Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela, alcaldía Tlalpan. La entrada es libre.

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