Presentan libro que resume el valor cultural, político y social de la música sonidera

Publicado el 27 Abril 2017

SC/DDC/CP/0292-17 Ciudad de México, 27 de abril de 2017

Pasos sonideros, del activista Jesús Cruz Villegas, fue presentado en el Centro Cultural José Martí la tarde del miércoles con la participación de especialistas y promotores culturales

La historia de la música sonidera, sus implicaciones sociales, culturales y políticas fueron resumidas en el libro Pasos sonideros: Una investigación sobre derechos culturales, texto que fue presentado en el Centro Cultural José Martí la tarde del miércoles con la presencia de Jesús Cruz Villegas, autor de la publicación.

En el acto también estuvieron presentes la promotora cultural Orfe Castillo; el investigador y especialista en música sonidera Antonio Nieto, y Óscar Benassini, editor de la revista La Tempestad y quien presentó el libro como “una recopilación histórica de este género musical, además que problematiza este tema en materia de derechos culturales”.

“¿Cómo el sonidero se ha convertido en un frente que lucha por el derecho a utilizar el espacio público?”, cuestionó Benassini sobre el libro editado por la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura federal, al mismo tiempo que aseguró que en la Ciudad de México las áreas públicas tienden a ser privatizadas en afección a los capitalinos.

Jesús Cruz Villegas, promotor cultural y con estudios en Ciencia Política por la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló que la concepción “derechos culturales” se aplica con frecuencia a artistas, gestores o expositores de la llamada alta cultura, situación que deja de lado otras expresiones artísticas comunitarias, que fortalecen los lazos entre sus miembros.

“Parte de la identidad sonidera es apropiarse del espacio público, pero encontramos no sólo la privatización de este espacio, también hay una dinámica de criminalización y discriminación contra esta forma de hacer música”, consideró el autor de la publicación.

Añadió que si la privatización del espacio público continúa, esta expresión musical correrá la misma suerte que los Polymarchs: discotecas callejeras que ambientaban las calles gracias al uso de discomóviles y que han desaparecido de manera incesante desde los años ochenta.

Antonio Mena, especialista en expresiones artísticas comunitarias, entre las que se encuentra el sonidero, insistió en el valor social y político de esta expresión musical, que ha sido popularizada por grupos como La Changa, fundada por Ramón Rojo Villa en el barrio de Tepito.

“Pienso en el sonidero mexicano después de 1968 o 1971, el México que quiso sublevarse y exigir sus derechos. Era un país en el que era muy complicado estar en las calles, una sociedad en la que si no trabajabas no eras nadie. El sonidero, junto con otras formas de hacer música, nos devolvió el derecho a la congregación”, aseguró Antonio Mena.

Agregó que la música tropical “permitió que un México asustado y atemorizado encontrara nuevamente el gusto por la fiesta y por la reunión”, pues los sonideros se presentaron como disruptivos y permitieron una dinámica de confianza el uno al otro dentro de pequeñas comunidades que son vulnerables en términos económicos, sociales y de seguridad.

A la conversación sumó Orfe Castillo, feminista y promotora cultural, quien opinó que el baile es una de las mejores formas de apropiación del espacio público, además de ser históricamente una forma de resistencia no sólo en la lucha por el espacio público, sino en cuestiones incluso políticas.

“Para las mujeres de los movimientos feministas el baile significó una oportunidad de libertad; en algo se parece esta convicción libertaria femenina con los sonideros mexicanos. Recuerdo una frase de la célebre anarquista Emma Goldman y que sirve cuando hablamos de resistencia: ‘Si en tu revolución no puedo bailar, no me interesa’”.

La cartelera de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México está disponible en http://www.cultura.cdmx.gob.mx/, y en redes sociales @CulturaCDMX, con los hashtags #SomosCultura y#SoyCultura

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